Queriendo complacer al Gitano, Sandro de América, que pedía «Dame el fuego, dame dame el fuego!», es como si hubiesen abierto las puertas de
Doce meses, doce vinos. Bitácora de las veladas etílicas y recorrida por el mundo del vino argentino.
Queriendo complacer al Gitano, Sandro de América, que pedía «Dame el fuego, dame dame el fuego!», es como si hubiesen abierto las puertas de